Hay cortados… y cortados

Hay cortados… y cortados

Salgo del entierro de una tía muy mayor, muy enferma, muy distante. Me siento con mi hermana a charlar un rato en un café, pido un cortadito y la camarera me sirve esto. Quizá nos ha visto tristonas, quizá le sirve estas preciosidades a todo el mundo. Pero da igual, ha obrado un pequeño milagro: [...]