Una compositora extremadamente comprometida con una profesión que le ofrece más sinsabores que triunfos, debe regresar apresuradamente al condado que la vio nacer, Derry, cuando su padre, con el que no tuvo una relación excesivamente buena, fallece. Después de esta apertura, Bernard MacLaverty compone una novela de extraordinaria sensibilidad en la que los reencuentros con el pasado y con las personas que, de un modo u otro, voluntaria o involuntariamente, trazaron el destino de esta compositora, Catherine Anne MacKenna, se convierte en eje sobre el que desplegará una brillante exploración de la complejidad del ser humano y de las relaciones personales. El trasfondo sobre el que se desarrolla la historia, una Irlanda empobrecida y dividida entre católicos y protestantes, está recreada con un crudo realismo sobre el que destaca el diálogo entre dos formas de entender la vida.